Hoy, 2 de Agosto, la Iglesia se viste gala para conmemorar el nacimiento para el cielo del BEATO PEDRO FABRO, quién muriera santamente en un día como ayer de 1546 en Roma, Italia. Nacido en el año 1506 en Villaret, Francia, fue fundador junto con Pedro Canisio - de la primera casa de la Compañía de Jesús en Alemania y uno de los primeros compañeros de San Ignacio de Loyola.
En el año 1872 el Papa Pío IX lo declaró Santo.
Santoral para todo el Año
P. Javier San Martin S.J. - Sra Cecilia Mutual
http://www.radiovaticana.org/spa/
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Pedro Fabro nació en Villareto, diócesis de Ginebra, el 13 de abril de 1506, al pie de los Alpes de la Alta Saboya, en el valle del Gran Bornad. Sus padre fueron Luis Fabro y María Perisín poseedores de importante rebaño de ovejas. "Hacia los 10 años, dice él en su Memorial, sentí deseos de estudiar. No podía ser pastor y quedarme en el mundo, como deseaban mis padres. Me harté de llorar , para que me concedieran ir a la escuela. A lo que accedieron contra sus propias intenciones". A una legua de Villarejo estaba Thones, en cuya escuela comenzó a estudiar. Aprendió pronto a leer ya escribir, lo que allí le podían enseñar.
Dos leguas más allá, en la Roche, vivía un culto y ejemplar sacerdote, muy conocido en los contornos por sus cualidades de enseñante. Y a la Roche le envían en 1517. Con Velliardo estudió humanidades y retórica. Va a París. "Salí de mi patria y me fui a París el año 1525. Tenía yo entonces 19 años". Ingresa en el colegio de Santa Bárbara donde conoció a un colegial navarro: Francisco Javier. Ocuparon la misma habitación con el regente Juan de la Peña. Comienzan el tercer curso de Artes el de octubre de 1528. Les va a conducir a la obtención de los grados de bachillerato y licenciatura después de superar algunas pruebas de exámenes y disputas. El 15 de marzo de 1530 fueron proclamados licenciados Fabro y Javier.La obtención del grado de Maestro en Artes suponía un aumento considerable de gastos. Javier fue investido Maestro en Artes a fines de aquel mismo de marzo. Fabro tuvo que dejarlo para bastante más tarde, 3 de octubre de 1536. San Ignacio en París. El 2 de febrero llega a París Ignacio de Loyola. Tiene 38 años. Se inscribe en el colegio de Monteagudo. Al colegio irá solamente a las clases. Pedirá de puerta en puerta la comida. Le aconsejan ir a Flandes en vacaciones a pedir limosna entre los muchos mercaderes de allí. Así lo hace con éxito. En Monteagudo repasa el latín y estudia retórica. Se traslada al colegio de Santa Bárbara en septiembre de 1529. Quiere estudiar Artes. Le instalaron en la misma habitación de Fabro y Javier y el regente Juan de la Peña. Ignacio pone lo recogido en Flandes a disposición de aquella pequeña comunidad" Al vivir en la misma habitación, dice Fabro, "compartíamos la misma mesa y la misma bolsa". "Me orientó, dice, en las cosas espirituales, mostrándome la manera de crecer en el conocimiento de la voluntad divina y de mi propia voluntad". Por fin llegaron a tener los mismos deseos y el mismo querer. Otros amigos se adhieren: Diego Laínez y Salmerón. Son íntimos amigos. Vienen de la Universidad de Alcalá de Henares. En el otoño llega a París Nicolás de Bobadilla. Por medio de Ignacio obtiene una plaza de regente en el colegio Calvi. Se une al grupo de Ignacio el estudiante portugues Simón Rodrigues. Ignacio tiene ya un grupo de fieles seguidores. El 15 de agosto de 1534, festividad de nuestra Señora de la Asunción van a la capilla de los Mártires, a las afueras de Roma. Fabro, único sacerdote del grupo, celebra la Eucaristía. Cada uno va pronunciando su voto de dirigirse al Papa para que les conceda ir a Jerusalén. Si no pudieran embarcarse en el plazo de un año, hacen voto de ponerse a las órdenes del Papa para que les envíe a donde crea que pueden mejor servir a Dios y ayudar a las almas. Fabro y compañeros estudian ahora teología. No pretenden obtener grados, sino un sólido conocimiento que les permita ejercer el sacerdocio con competencia. Fabro, "hermano mayor de todos" Ignacio tiene que ir a su tierra. y deja a Fabro al frente del grupo, como "hermano mayor de todos", dice Laínez. Da los ejercicios a los sacerdotes Pascasio Broet y Juan Coduri y al saboyano Claudio Jayo que deciden añadorse al grupo. Ignacio les espera en Venecia. Salen de Paris el15 de noviembre de 1536. Fabro señala escuetamente el recorrido. Llegamos "sanos y salvos y alegres en el espíritu ( ...) Atravesamos Lorena y Alemania donde ya muchas ciudades se habían hecho luteranas o zuinglanas. Entre ellas Basilea, Constanza etc. Fue un invierno especialmente frío. Francia y España estaban en guerra. De todos estos peligros nos libró amorosamente el Señor". El día 8 de enero de 15371legan Fabro y los compañeros a Venecia. Ignacio se alegra de que al grupo se hayan añadido tres nuevos "amigos en el Señor". El santo presenta al bachiller Hoces, sacerdote, de la diócesis de Málaga, al que ha dado los ejercicios en Venecia y que ha querido incorporarse al grupo. El 16 de marzo salen para Roma a solicitar al Papa permiso para Tierra Santo. Ignacio no va por no encontrarse con el cardenal Carafa, a quien había conocido en Venecia. Tampoco desea encontrarse en Roma con el doctor Ortiz, que era ahora embajador extraordinario de Carlos V ante la Santa Sede, y se había enojado mucho con Ignacio en París cuando dio los ejercicios al bachiller Peralta; hasta lo denunció ante el inquisidor. Inesperadamente, Ortiz ahora los acoge con cariño y los presenta al Papa. Éste les invita a comer ya que disputen de teología en su presencia, les da licencia para ir a Jerusalén, para ser ordenados los que no son sacerdotes. Vuelven a Venecia mendigando como lo habían hecho a la ida.. No zarpa ninguna nave para Palestina en junio como era lo habitual. El día 24 de junio, festividad de S. Juan Bautista los ordenó de presbíteros en la capilla de su casa el obispo de Arbe. Esperan para celebrar la primera misa en retiro y oración. Sin alejarse demasiado de Venecia se reparten por las ciudades cercanas. Ignacio, Fabro y Laínez van a Vicenza donde encuentran una ermita abandonada, S. Pedro de Vivarolo. Pasados los cuarenta días de desierto y oración los convoca Ignacio en S. Pedro de Vivarolo para que celebren su primera misa. Deciden esperar navío para Tierra Santa. Salen para Roma Ignacio, Fabro y Laínez, a fines de octubre. Se detienen en una ermita, a 14 kilómetros de Roma, la Storta, donde Fabro dice la misa. Allí tuvo Ignacio la famosa visión de la Storta. Van llegando a Roma los otros compañeros. El 20 de junio, Fabro, tienene ahora 33 años, y Laínez salen para Parma con el cardenal Sant Angelo. Oyen confesiones, dan ejercicios espirituales y predican a toda clase de personas. Todo el mundo quiere hacer los ejercicios. En cuanto un sacerdote es ejercitado, se convierte en dador de ejercicios a otros. Generalmente se trata de los ejercicios leves [18], pero dan también ejercicios completos [20] a personas que entraron en la Compañía: Jerónimo Doménech, Pablo Achiles, Elpidio Ugoleto, Juan Bautista Viola, los hermanos Benedetto y Francisco Palmio, Francisco Landini que fue un gran misionero popular, Antonio Criminali, mártir de la Compañía en la India. El Papa quiere que el jesuita saboyano acompañe al al Dr. Pedro Ortiz a los coloquios entre católicos y protestantes en Worms y Ratisbona. El 25 de octubre de 1540 llegan a Worms. En Worms no se obtienen resultados convincentes, se suprime allí el coloquio que continúa más tarde en Ratisbona a donde piensa estar presente el Emperador. Da ejercicios a los católicos que pueden ejercer alguna influencia en la reforma. Gaspar Contarini que es Legado pontificio en la dieta de ratisbona, antiguo ejercitante de Ignacio en Roma manifiesta su particular afecto por Fabro y por toda la Compañía. Juan Morone, Nuncio de Femado I se confiesa con Fabro desde Worms. Lo suyo es el trato cercano y conciliador. Desearía hablar con Melachton, no para convencerle de nada sino para quererle y ser querido por él y, si se presenta la ocasión, darle los ejercicios. El día 22 de mayo deciden poner fin a los coloquios, sin haber alcanzado acuerdos de importancia. El 29 de julio se clausura solemnemente la dieta de Ratisbona. Ortiz y Fabro se encaminan hacia España el 27 de julio. Van a Galapagar donde el Dr. Ortiz tiene un beneficio parroquial. Catequiza a los niños y niñas de Galapagar y alrededores. .Sólo pudo estar aquí un mes, porque desde Roma le escribe el cardenal Farnese que quiere el Papa que se traslade de nuevo a Alemania, porque desea el Papa que acompañe al cardenal Morone, su hijo espiritual en Worms y Ratisbona, nombrado nuncio de Alemania. Se ha detenido mucho en las despedidas en España y cuando llega a Espira ya no encuentra allí al cardenal Morone. Bobadilla le ha dejado una carta diciéndole que permanezca en Espira hasta nuevo aviso. Ha llevado con él a Alemania a Don Alvaro Alfonso y a Don Juan de Aragón, capellanes de las infantas María y Juanan, hijas de Carlos V. a las que visitó en Ocaña. A los dos días de llegar a Espira comienza a dar los ejercicios de mes a los dos capellanes. Lo llama el cardenal de Maguncia, Alberto de Brandeburgo, por lo que tiene que ausentarse unos días de Espira. Ha estado en Magucnia 10 días, lo suficiente para ver el trabajo que allí le ofrece el cardenal. El 10 de octubre se viene a Maguncia con los dos capellanes a los que ha admitido en la Compañía. Comienza a dar los ejercicios a tres obispos. Explica los salmos en la Academia de Maguncia. El joven holandés, maestro en Artes, Pedro Canisio, ha venido a Maguncia desde Colonia, para hacer los ejercicios con Fabro. Lo envían los cartujos de aquella ciudad. El 8 de mayo de 1543, todavía en ejercicios, cumplió Canisio 22 años, y ese mismo día hizo voto de entrar en la Compañía. Fabro va Colonia a donde llega a principios del mes de agosto. El arzobispo von Wied ha caido en manos de la herejía. Se entrevista en Bonn con el nuncio del Emperador y con su confesor, el dominico Pedro de Soto. Les entregó el memorial que la Universidad le había dado para ellos. A los pocos días el Emperador llamó al arzobispo coloniense y luteranizante von Wied. Se le avisa que ha de salir para Portugal. La razón es que la infanta María, hija de Juan III de Portugal va a pasar a España para contraer matrimonio con Felipe II. Sale de Colonia a fines de septiembre y llega a Amberes con el fin de embarcarse. No le fue posible y espera en Lovaina a donde llegó el 18 de octubre. Cae enfermo en Lovaina. En Lovaina trabaja con los jóvenes universitarios y se encarga de la formación de novicios jesuitas. Gran fruto consigue en Lovaina a pesar de su enfermedad. Con Francisco Estrada, Andrés de Oviedo y Juan de Aragón envía Fabro a Portugal otros nueve estudiantes "ganados para la Compañía". Van a Portugal para proseguir sus estudios en el colegio de Coimbra. El 12 de noviembre recibe carta de Poggio y le dice que ha conseguido la autorización del Papa para que vuelva a Colonia a donde llega el 22 de enero de 1544. Aquí forma una residencia de jesuitas y pone al frente de ella a Pedro Canisio. Le envían de nuevo a Portugal. Se pretende que, dada la amistad que Juan III tiene con la Compañía, ayude a introducirla en España por estar casada su hija María con el Príncipe. El 24 de agosto está en Lisboa. Juan III tiene la corte en Évora y hacia allá se dirige Fabro. Le espera allí un animoso jesuita español: Antonio de Araoz. El cuatro de marzo con las recomendaciones de Juan III se trasladan a España, a la corte de Castilla. Están en Valladolid el 18 de marzo. Son muy bien recibidos en palacio. Felipe II traslada la corte a Madrid. A Madrid va Fabro el el 8 de mayo. Visita Galapagar. El 23 de junio llega de nuevo a Valladolid. Desde aquí pide a Simón Rodrigues, provincial de Portugal que le envíe algunos escolares de Coimbra. Quiere fundar un colegio en Valladolid y aquí deja tres escolares. Desea fundar otro colegio en Alcalá de Henares. Para ello cuenta con un hombre excepcional: Francisco Villanueva. Es llamado a Roma Le llaman de Roma para asistir al Concilio. El dos de mayo está en Gandía donde se detiene dos días con Francisco de Borja. Pone la primera piedra del nuevo colegio. El 20 de mayo sale para Barcelona. Escribe desde aquí a Ignacio. Ha estado tres semanas enfermo, por eso no ha podido embarcarse antes.. Entra en Roma el 17 de julio. Tiene que reponerse del largo viaje. Escribe a Laínez que está en Trento con Salmerón y Claudio Jayo. Piensa ir más tarde, le escribe a Laínez, en la que será su ' 'ultima carta. Le adjunta un fajo de de cartas que le entregaron en España para personas que asisten al Concilio. No irá a Trento. Fallece el 1 de agosto de 1546. En 1872 Pío IX le puso en el catálogo de los Beatos. La Iglesia celebra su memoria el 2 de agosto.
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Dos leguas más allá, en la Roche, vivía un culto y ejemplar sacerdote, muy conocido en los contornos por sus cualidades de enseñante. Y a la Roche le envían en 1517. Con Velliardo estudió humanidades y retórica. Va a París. "Salí de mi patria y me fui a París el año 1525. Tenía yo entonces 19 años". Ingresa en el colegio de Santa Bárbara donde conoció a un colegial navarro: Francisco Javier. Ocuparon la misma habitación con el regente Juan de la Peña. Comienzan el tercer curso de Artes el de octubre de 1528. Les va a conducir a la obtención de los grados de bachillerato y licenciatura después de superar algunas pruebas de exámenes y disputas. El 15 de marzo de 1530 fueron proclamados licenciados Fabro y Javier.La obtención del grado de Maestro en Artes suponía un aumento considerable de gastos. Javier fue investido Maestro en Artes a fines de aquel mismo de marzo. Fabro tuvo que dejarlo para bastante más tarde, 3 de octubre de 1536. San Ignacio en París. El 2 de febrero llega a París Ignacio de Loyola. Tiene 38 años. Se inscribe en el colegio de Monteagudo. Al colegio irá solamente a las clases. Pedirá de puerta en puerta la comida. Le aconsejan ir a Flandes en vacaciones a pedir limosna entre los muchos mercaderes de allí. Así lo hace con éxito. En Monteagudo repasa el latín y estudia retórica. Se traslada al colegio de Santa Bárbara en septiembre de 1529. Quiere estudiar Artes. Le instalaron en la misma habitación de Fabro y Javier y el regente Juan de la Peña. Ignacio pone lo recogido en Flandes a disposición de aquella pequeña comunidad" Al vivir en la misma habitación, dice Fabro, "compartíamos la misma mesa y la misma bolsa". "Me orientó, dice, en las cosas espirituales, mostrándome la manera de crecer en el conocimiento de la voluntad divina y de mi propia voluntad". Por fin llegaron a tener los mismos deseos y el mismo querer. Otros amigos se adhieren: Diego Laínez y Salmerón. Son íntimos amigos. Vienen de la Universidad de Alcalá de Henares. En el otoño llega a París Nicolás de Bobadilla. Por medio de Ignacio obtiene una plaza de regente en el colegio Calvi. Se une al grupo de Ignacio el estudiante portugues Simón Rodrigues. Ignacio tiene ya un grupo de fieles seguidores. El 15 de agosto de 1534, festividad de nuestra Señora de la Asunción van a la capilla de los Mártires, a las afueras de Roma. Fabro, único sacerdote del grupo, celebra la Eucaristía. Cada uno va pronunciando su voto de dirigirse al Papa para que les conceda ir a Jerusalén. Si no pudieran embarcarse en el plazo de un año, hacen voto de ponerse a las órdenes del Papa para que les envíe a donde crea que pueden mejor servir a Dios y ayudar a las almas. Fabro y compañeros estudian ahora teología. No pretenden obtener grados, sino un sólido conocimiento que les permita ejercer el sacerdocio con competencia. Fabro, "hermano mayor de todos" Ignacio tiene que ir a su tierra. y deja a Fabro al frente del grupo, como "hermano mayor de todos", dice Laínez. Da los ejercicios a los sacerdotes Pascasio Broet y Juan Coduri y al saboyano Claudio Jayo que deciden añadorse al grupo. Ignacio les espera en Venecia. Salen de Paris el15 de noviembre de 1536. Fabro señala escuetamente el recorrido. Llegamos "sanos y salvos y alegres en el espíritu ( ...) Atravesamos Lorena y Alemania donde ya muchas ciudades se habían hecho luteranas o zuinglanas. Entre ellas Basilea, Constanza etc. Fue un invierno especialmente frío. Francia y España estaban en guerra. De todos estos peligros nos libró amorosamente el Señor". El día 8 de enero de 15371legan Fabro y los compañeros a Venecia. Ignacio se alegra de que al grupo se hayan añadido tres nuevos "amigos en el Señor". El santo presenta al bachiller Hoces, sacerdote, de la diócesis de Málaga, al que ha dado los ejercicios en Venecia y que ha querido incorporarse al grupo. El 16 de marzo salen para Roma a solicitar al Papa permiso para Tierra Santo. Ignacio no va por no encontrarse con el cardenal Carafa, a quien había conocido en Venecia. Tampoco desea encontrarse en Roma con el doctor Ortiz, que era ahora embajador extraordinario de Carlos V ante la Santa Sede, y se había enojado mucho con Ignacio en París cuando dio los ejercicios al bachiller Peralta; hasta lo denunció ante el inquisidor. Inesperadamente, Ortiz ahora los acoge con cariño y los presenta al Papa. Éste les invita a comer ya que disputen de teología en su presencia, les da licencia para ir a Jerusalén, para ser ordenados los que no son sacerdotes. Vuelven a Venecia mendigando como lo habían hecho a la ida.. No zarpa ninguna nave para Palestina en junio como era lo habitual. El día 24 de junio, festividad de S. Juan Bautista los ordenó de presbíteros en la capilla de su casa el obispo de Arbe. Esperan para celebrar la primera misa en retiro y oración. Sin alejarse demasiado de Venecia se reparten por las ciudades cercanas. Ignacio, Fabro y Laínez van a Vicenza donde encuentran una ermita abandonada, S. Pedro de Vivarolo. Pasados los cuarenta días de desierto y oración los convoca Ignacio en S. Pedro de Vivarolo para que celebren su primera misa. Deciden esperar navío para Tierra Santa. Salen para Roma Ignacio, Fabro y Laínez, a fines de octubre. Se detienen en una ermita, a 14 kilómetros de Roma, la Storta, donde Fabro dice la misa. Allí tuvo Ignacio la famosa visión de la Storta. Van llegando a Roma los otros compañeros. El 20 de junio, Fabro, tienene ahora 33 años, y Laínez salen para Parma con el cardenal Sant Angelo. Oyen confesiones, dan ejercicios espirituales y predican a toda clase de personas. Todo el mundo quiere hacer los ejercicios. En cuanto un sacerdote es ejercitado, se convierte en dador de ejercicios a otros. Generalmente se trata de los ejercicios leves [18], pero dan también ejercicios completos [20] a personas que entraron en la Compañía: Jerónimo Doménech, Pablo Achiles, Elpidio Ugoleto, Juan Bautista Viola, los hermanos Benedetto y Francisco Palmio, Francisco Landini que fue un gran misionero popular, Antonio Criminali, mártir de la Compañía en la India. El Papa quiere que el jesuita saboyano acompañe al al Dr. Pedro Ortiz a los coloquios entre católicos y protestantes en Worms y Ratisbona. El 25 de octubre de 1540 llegan a Worms. En Worms no se obtienen resultados convincentes, se suprime allí el coloquio que continúa más tarde en Ratisbona a donde piensa estar presente el Emperador. Da ejercicios a los católicos que pueden ejercer alguna influencia en la reforma. Gaspar Contarini que es Legado pontificio en la dieta de ratisbona, antiguo ejercitante de Ignacio en Roma manifiesta su particular afecto por Fabro y por toda la Compañía. Juan Morone, Nuncio de Femado I se confiesa con Fabro desde Worms. Lo suyo es el trato cercano y conciliador. Desearía hablar con Melachton, no para convencerle de nada sino para quererle y ser querido por él y, si se presenta la ocasión, darle los ejercicios. El día 22 de mayo deciden poner fin a los coloquios, sin haber alcanzado acuerdos de importancia. El 29 de julio se clausura solemnemente la dieta de Ratisbona. Ortiz y Fabro se encaminan hacia España el 27 de julio. Van a Galapagar donde el Dr. Ortiz tiene un beneficio parroquial. Catequiza a los niños y niñas de Galapagar y alrededores. .Sólo pudo estar aquí un mes, porque desde Roma le escribe el cardenal Farnese que quiere el Papa que se traslade de nuevo a Alemania, porque desea el Papa que acompañe al cardenal Morone, su hijo espiritual en Worms y Ratisbona, nombrado nuncio de Alemania. Se ha detenido mucho en las despedidas en España y cuando llega a Espira ya no encuentra allí al cardenal Morone. Bobadilla le ha dejado una carta diciéndole que permanezca en Espira hasta nuevo aviso. Ha llevado con él a Alemania a Don Alvaro Alfonso y a Don Juan de Aragón, capellanes de las infantas María y Juanan, hijas de Carlos V. a las que visitó en Ocaña. A los dos días de llegar a Espira comienza a dar los ejercicios de mes a los dos capellanes. Lo llama el cardenal de Maguncia, Alberto de Brandeburgo, por lo que tiene que ausentarse unos días de Espira. Ha estado en Magucnia 10 días, lo suficiente para ver el trabajo que allí le ofrece el cardenal. El 10 de octubre se viene a Maguncia con los dos capellanes a los que ha admitido en la Compañía. Comienza a dar los ejercicios a tres obispos. Explica los salmos en la Academia de Maguncia. El joven holandés, maestro en Artes, Pedro Canisio, ha venido a Maguncia desde Colonia, para hacer los ejercicios con Fabro. Lo envían los cartujos de aquella ciudad. El 8 de mayo de 1543, todavía en ejercicios, cumplió Canisio 22 años, y ese mismo día hizo voto de entrar en la Compañía. Fabro va Colonia a donde llega a principios del mes de agosto. El arzobispo von Wied ha caido en manos de la herejía. Se entrevista en Bonn con el nuncio del Emperador y con su confesor, el dominico Pedro de Soto. Les entregó el memorial que la Universidad le había dado para ellos. A los pocos días el Emperador llamó al arzobispo coloniense y luteranizante von Wied. Se le avisa que ha de salir para Portugal. La razón es que la infanta María, hija de Juan III de Portugal va a pasar a España para contraer matrimonio con Felipe II. Sale de Colonia a fines de septiembre y llega a Amberes con el fin de embarcarse. No le fue posible y espera en Lovaina a donde llegó el 18 de octubre. Cae enfermo en Lovaina. En Lovaina trabaja con los jóvenes universitarios y se encarga de la formación de novicios jesuitas. Gran fruto consigue en Lovaina a pesar de su enfermedad. Con Francisco Estrada, Andrés de Oviedo y Juan de Aragón envía Fabro a Portugal otros nueve estudiantes "ganados para la Compañía". Van a Portugal para proseguir sus estudios en el colegio de Coimbra. El 12 de noviembre recibe carta de Poggio y le dice que ha conseguido la autorización del Papa para que vuelva a Colonia a donde llega el 22 de enero de 1544. Aquí forma una residencia de jesuitas y pone al frente de ella a Pedro Canisio. Le envían de nuevo a Portugal. Se pretende que, dada la amistad que Juan III tiene con la Compañía, ayude a introducirla en España por estar casada su hija María con el Príncipe. El 24 de agosto está en Lisboa. Juan III tiene la corte en Évora y hacia allá se dirige Fabro. Le espera allí un animoso jesuita español: Antonio de Araoz. El cuatro de marzo con las recomendaciones de Juan III se trasladan a España, a la corte de Castilla. Están en Valladolid el 18 de marzo. Son muy bien recibidos en palacio. Felipe II traslada la corte a Madrid. A Madrid va Fabro el el 8 de mayo. Visita Galapagar. El 23 de junio llega de nuevo a Valladolid. Desde aquí pide a Simón Rodrigues, provincial de Portugal que le envíe algunos escolares de Coimbra. Quiere fundar un colegio en Valladolid y aquí deja tres escolares. Desea fundar otro colegio en Alcalá de Henares. Para ello cuenta con un hombre excepcional: Francisco Villanueva. Es llamado a Roma Le llaman de Roma para asistir al Concilio. El dos de mayo está en Gandía donde se detiene dos días con Francisco de Borja. Pone la primera piedra del nuevo colegio. El 20 de mayo sale para Barcelona. Escribe desde aquí a Ignacio. Ha estado tres semanas enfermo, por eso no ha podido embarcarse antes.. Entra en Roma el 17 de julio. Tiene que reponerse del largo viaje. Escribe a Laínez que está en Trento con Salmerón y Claudio Jayo. Piensa ir más tarde, le escribe a Laínez, en la que será su ' 'ultima carta. Le adjunta un fajo de de cartas que le entregaron en España para personas que asisten al Concilio. No irá a Trento. Fallece el 1 de agosto de 1546. En 1872 Pío IX le puso en el catálogo de los Beatos. La Iglesia celebra su memoria el 2 de agosto.
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