B. PÍO NONO
Meditación.- |
QUERIDO BEATO PÍO IX, recordar tu vida es recordar al Papa que tuvo que soportar la áspera y pesante cruz de la masonería, que desencadenó una lucha frontal contra el papado y las naciones tradicionalmente católicas. Atentados, revoluciones, desórdenes. Las iglesias saqueadas y sus obras de arte incautadas para pagar a la masonería. En los 124 documentos antimasónicos de tu pontificado, tú denuncias claramente que todos los males que se abaten sobre la iglesia y la sociedad provienen del ateismo y del cientismo del siglo XVII, postulado por la masonería y exaltado por la revolución francesa. Pero, a pesar de esta situación de continua beligerancia, no pierdes el ánimo. Trabajas para compactar a la iglesia en torno a un principio de unidad, das importancia a la espiritualidad popular, a la relación con los santos, especialmente a María, a las procesiones, peregrinaciones y a todas las formas de piedad popular. Proclamas el dogma de la Inmaculada Concepción y el de la infalibilidad papal. Pero aún después de tu muerte la masonería trató de perseguirte intentando arrojar tu cadáver al río Tiber a los gritos de "muerte al Papa, muerte a los curas". A la luz de estos inicuos acontecimientos tu beatificación - una de las más largas y difíciles de la iglesia - hace justicia a una persona que tuvo un gran espesor humano y que fue un gran Papa. |
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