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lunes, 9 de noviembre de 2009

13 de Noviembre: San Estanislao de Kostka s.j


San Estanislao de Kostka s.j.
San Estanislao de Kostka, novicio de la Compañía de Jesús, es uno de los santos polacos más conocidos y venerados. Nació en Rostkow, a pocos kilómetros de Varsovia, en octubre de 1550.
El padre de Estanislao era el príncipe Jan Kostka, jefe militar y Senador del Reino de Segismundo Augusto (1548-1572), cuya capital era Cracovia. La familia de los Kostka contaba con numerosos gobernadores, senadores y obispos.

Durante sus primeros años distintos profesores privados se encargaron de su educación, como era habitual entre las familias nobles, pero cuando tenía 14 años, en julio de 1564, fue enviado a Viena, con su hermano Pablo y el preceptor Jan Bilinski, para proseguir sus estudios en el colegio de los jesuitas. Durante el viaje se detuvieron en el célebre santuario de la Virgen de Czestochowa y, tras atravesar la Silesia, el 25 de julio llegaron a Viena. Allí residieron en el "Colegio Imperial de Santa Barbara", uno de los tres regentados por jesuitas.
La Compañía de Jesús se encontraba entonces en sus principios: San Ignacio de Loyola, su fundador, había muerto poco tiempo antes, en 1556. Pero a los jesuitas ya se les conocía como teólogos de valía y profundidad. Habían participado en el Concilio de Trento, y habían emprendido en distintos frentes una fecunda obra de renovación cultural con sus "Colegios", institutos escolásticos cuyo prestigio incitó a muchas grandes familias de su tiempo a enviar a ellos a sus hijos. Este apostolado cultural, que implicaba una reforma de los estudios, se propuso la elevación a largo plazo del nivel de vida espiritual y humano de toda la sociedad.
En este período Estanislao formuló su ideal de vida con la célebre frase: "Ad maiora natus sum", esto es: "He nacido para cosas más grandes". Ya hacía tiempo que Estanislao gozaba de una vida espiritual muy intensa. En una ocasión confesó a Stefano Augusti, su compañero en Roma, que lo primero que podía recordar de su infancia era un día de "intenso amor" en que se había consagrado completamente y para siempre a Dios.

Un análisis grafológico de los autógrafos juveniles de Estanislao lo describe como "sensible, afectuoso, inteligente sobre la media, de carácter ambicioso, dotado de un agudo sentido crítico, fuertemente atraído por el otro sexo, decidido, independiente, expansivo, con tendencias a dominar a los demás."
Durante los primeros meses de su estancia vienesa Estanislao tuvo conocimiento de la "Congregación Mariana", allí consagrada a Santa Bárbara, y solicitó su admisión en ella. Así se comprometió en el camino espiritual que se había propuesto: vivir intensamente el espíritu del Evangelio, dar testimonio de él en el propio ambiente de vida y de trabajo, y cultivar de manera especial la devoción a la Virgen María. Todo ello concordaba perfectamente con las aspiraciones espirituales de Estanislao. Efectivamente, su aceptación en la Congregación Mariana se reveló una gran ayuda para él.
Reservaba mucho tiempo para la oración, participaba con intensidad en la Misa o en las Vísperas que se celebraban en el mismo Colegio. Sus compañeros cuentan que lo sorprendieron más de una vez en un estado similar al éxtasis, casi sin sentido, transfigurado, aunque intentaba evitar que esto pudiera suceder donde pudieran verle. También Jan Bilinski, que vivía con los hermanos Kostka en Viena, confirma que a veces encontraban a Estanislao en la iglesia de Am Hof, "casi exánime y separado del suelo."
En Viena Estanislao realizó la experiencia de los Ejercicios Espirituales, siguiendo la célebre obra de San Ignacio. Su opción por la vida religiosa resultó consolidada y, tras haber experimentado su eficacia profunda se lo aconsejó a otro joven polaco de nombre Adriano, quien más tarde relató el episodio: "Tras hablarme de algunas cosas de los Ejercicios Espirituales y de la gran utilidad que los demás habían encontrado en ellos, añadió que, si yo deseaba dedicar a ello unos pocos días, conseguiría un fruto no mediocre".



La difícil convivencia con su hermano Pablo
Los estudios comprendían, según el uso de la Compañía de Jesús, "Gramática", "Humanidades" y "Retórica". Una vez en Viena, la convivencia con su hermano Pablo, muy distinto a él por carácter y tenor de vida, se reveló problemática. Laurenz Pacifici, compañero de estudios de Estanislao en Viena y después sacerdote en Venecia cuenta que su hermano Pablo era "de carácter independiente y orgulloso, amaba intensamente la elegancia, el lujo, la mundanidad".
Las cosas empeoraron cuando, tras la muerte del emperador Fernando I, su sucesor Maximiliano II reclamó a los jesuitas la restitución del inmueble donde se alojaba el Colegio de Santa Bárbara. A consecuencia de ello, los hermanos Kostka hubieron de buscarse un alojamiento de alquiler, lo que expuso aún más a Estanislao al temperamento inestable y prepotente del hermano Pablo.
Éste, por su parte, encajó con entusiasmo un cambio que le permitía llevar una vida cada vez más mundana, frecuentando bailes y teatros, cortejando damas, participando en partidas de caza. Paolo empezó a burlarse de su hermano pequeño Estanislao, al comprobar que éste seguía llevando el mismo tipo de vida espiritual del Colegio.
Las burlas y las reprimendas de su hermano se hicieron cada día más frecuentes, sobre todo porque Pablo intuía en la actitud de Estanislao un persistente reproche a su vida: sobre todo cuando le obligaba a asistir a alguna cena o baile donde se mantenían conversaciones inmorales y Estanislao se quedaba en silencio sin participar activamente. Entonces, más de una vez, Pablo, incitado por algún amigo, fue más allá de las palabras y llegó a las manos. Pero nada conseguía distanciar al decidido Estanislao de sus propósitos. Conocemos esta parte de su vida gracias al testimonio del mismo Pablo cuando, ya arrepentido, depuso en el proceso de canonización.



La intervención de lo sobrenatural
En diciembre de 1566 Estanislao enfermó y tuvo que guardar cama durante varios días, tantos que su hermano Pablo y su preceptor empezaron a preocuparse, ya que eran responsables de él ante su padre. Es en este momento cuando suceden dos episodios célebres, que han sido tema (junto a la aparición de la Virgen en el trance de la muerte) de numerosas representaciones pictóricas de San Estanislao Kostka.
El primero es el conocido episodio de la Comunión que Estanislao recibió prodigiosamente de manos de Santa Bárbara. Estanislao había implorado que llamaran a un sacerdote para poder recibir la Comunión, pero se lo negaron, en parte por la tajante oposición del propietario del alojamiento, que era luterano.
Una noche, mientras lo velaba su preceptor Bilinski, éste sintió que Estanislao lo aferraba por un brazo al tiempo que exclamaba: "¡Arrodíllese, Giovanni!". El enfermo saltó de la cama y se puso de rodillas sobre la alfombra. "Arrodíllese - siguió Estanislao -, porque ha venido Santa Bárbara con dos Ángeles y me traen la Comunión". Después Bilinski oyó pronunciar por tres veces a Estanislao "Señor, no soy digno", y abrir los labios como para recibir la Comunión. Seguidamente Estanislao volvió a su lecho. Jan Bilinski declaró más tarde que no le pareció en absoluto que Estanislao se hallara en estado de delirio, sino que se comportaba con gran respeto y dominio de sí mismo.
El segundo episodio sucedió algunos días después. La enfermedad de Estanislao iba a peor, y las esperanzas de que sanara se iban desvaneciendo. Jan Bilinski, cansado por las muchas noches pasadas en la cabecera de Estanislao, encargó a su criado Lorenzo que lo vigilara. Pero cuando, a la hora del alba, entró en su habitación, vio a Lorenzo dormido y a Estanislao sentado en la cama muy alegre, diciendo que se sentía completamente restablecido.
Bilinski comprobó que, efectivamente, se le había pasado la fiebre, y aun así le prohibió levantarse mientras iba a llamar al médico. Éste, después de dos exámenes realizados esa misma noche, tuvo que admitir que el mismo chico que él mismo había desahuciado se había curado repentina y completamente, de verdad y sin ninguna explicación plausible.
La "explicación" se la dio más tarde Estanislao a su padre espiritual, el P. Giovanni Donius: le dijo que la última noche de su enfermedad se le había aparecido María con el Niño Jesús. Le contó también que en otras ocasiones había expresado a la Virgen su deseo de verla. Y en el momento en que la enfermedad parecía fatal, se había puesto contento de poder contemplarla en el cielo. Pero la Virgen María le hizo comprender que todavía no había llegado su hora, y se le apareció radiante con el Niño Jesús entre los brazos. Y no sólo esto: en un momento dado la Virgen le ofreció su Hijo a Estanislao, quien lo acogió estrechándolo contra su pecho. Al final María le dijo que quería que él entrase en la Compañía de Jesús.

La fuga y el viaje a Roma
Terminados los estudios en 1567, Estanislao quiso llevar a cabo su propósito, y pidió su admisión en la Compañía de Jesús. El P. Provincial le dijo que era necesario el permiso de su padre, por lo joven que era (17 años). Pero Estanislao sabía bien que las ideas de su padre respecto a él eran otras, y ya preveía una seca negativa. Más aún, se daba cuenta de que si se hubiera atrevido a manifestar este propósito, seguramente se habría opuesto con todos sus medios.
Así, considerando insuperable la oposición de su familia, decidió huir de Viena, y marchó a pie a Alemania, primero a Ausburg y después a Dillingen, ya que un jesuita portugués, el P. Francisco Antoni, le sugirió que se dirigiera al alemán P. Pedro Canisio, Provincial de la Alemania septentrional.
Desde luego no iba a ser un viaje sencillo: eran unos 600 kilómetros... El P. Francisco Borja, General de los jesuitas, entregó una carta de recomendación a Estanislao, en caso de que el P. Canisio también denegara su permiso. Así, el 10 de agosto al alba, dijo a su criado Laurenz que no lo esperase para comer porque había recibido una invitación. Fue después a la iglesia de los jesuitas y participó en la Misa. Inmediatamente después dio inicio su fuga de Viena. En cuanto salió de la ciudad cambió sus ropas de rico por las de un mendigo, para de este modo pasar inobservado.


Por la tarde su hermano Pablo, al no verlo regresar, empezó a preocuparse, y recordó algunas frases que Estanislao le había dirigido recientemente, con la advertencia de que si seguían las vejaciones él se marcharía, y de ello su padre iba a juzgarlo responsable.
Por fin encontraron en un diccionario de latín una carta de Estanislao, donde revelaba sus proyectos de fuga. Paolo y el preceptor se sintieron invadir por el pánico y, con las primeras luces del alba, se lanzaron en busca del fugitivo. Pero Estanislao estaba ya lejos. Más tarde contaría que había visto la carroza de su hermano que lo buscaba, pero gracias a su disfraz no era fácil descubrirlo. Además, se apresuró a esconderse hasta que no vio volver a Roma la carroza de su hermano, tras la vana tentativa de alcanzarlo...
Como Estanislao había previsto, en cuanto el padre supo de su fuga, le invadió la ira por lo que había sucedido, y escribió cartas de amenaza a los jesuitas, a obispos y cardenales diciendo que habría hecho de todo para expulsar a los jesuitas de Polonia, y que, en cuanto a su hijo, lo llevaría de vuelta a su patria fuera como fuese, aunque tuviera que atarlo de pies y manos.
Mientras tanto Estanislao proseguía su fuga y, después de veinte días, llegaba a su destino. En Dillingen pudo encontrar al P. Canisio. Éste, tras conocer a Estanislao y convivir con él durante un cierto tiempo, recibió una profunda impresión y quedó convencido de su vocación.
Los jesuitas de Viena también enviaron una carta a Roma explicando lo que había pasado. El P. Wolfgang Perringer concluía de esta manera: "Creemos que todo ha sobrevenido por consejo de Dios, que de este modo quería liberar a este joven. Desde luego él ha mostrado una constancia tal que más parece movido por inspiración celeste que por el ardor infantil."
Así, junto con dos compañeros, Estanislao fue enviado a Roma, para alejarle así de las iras del padre. Tras atravesar los Alpes y los Apeninos, después de un viaje de unos 1.500 kilómetros, llegó al noviciado romano. Traía consigo una carta del P. Canisio, quien, entre otras cosas, decía: "Estanislao, noble polaco, joven recto y lleno de celo... Venido a nosotros con el deseo de renunciar a un antiguo voto... fue puesto a prueba durante cierto tiempo en la residencia de alumnos de Dillingen y se mostró siempre diligente ante el propio deber y sólido en la vocación... grandes cosas esperamos de él."

La vida en el Noviciado de la Compañía de Jesús
El 25 de octubre los tres peregrinos llegaron por fin a Roma. Por razones comprensibles, los signos de fatiga por el largo viaje eran evidentes. Durante tres días pudieron descansar, bajo los cuidados del novicio Stefano Augusti, quien más tarde testimoniaría que había encontrado a Estanislao "vestido muy pobremente, y a causa del largo viaje y de la joven edad, llegó tan cansado que hubo que cuidarle con esmero para que recuperase las fuerzas antes de la entrada en el Noviciado".



En Roma Estanislao tuvo la oportunidad de encontrar al superior general, el P. Francisco Borja, quien también, anteriormente, había renunciado a una alta posición social para seguir a Ignacio de Loyola en la Compañía de Jesús. De hecho había sido Duque de Gandía, gobernador de Cataluña y ministro del emperador Carlos V.
El noviciado de Estanislao dio comienzo el 28 de octubre de 1567, junto con otros 70 novicios, en la casa contigua a la iglesia del Jesús, pero después de tres meses se le trasladó a la iglesia de S. Andrés del Quirinal. Sus Maestros de novicios fueron primero el P. Alfonso Ruiz y después el P. Giulio Fazio.
Como ya había demostrado durante su vida de estudiante, Estanislao manifestó también en el noviciado una inteligencia perspicaz y una voluntad decidida. Se distinguía por su fe eucarística, y mostraba una veneración especial por la Virgen María, a la que siempre llamaba "mi Madre". Durante el noviciado hizo votos religiosos de pobreza, castidad y obediencia.
Como todos los novicios, Estanislao hizo los Ejercicios Espirituales de un mes, y tuvo como compañero a Claudio Acquaviva, futuro General de los jesuitas, quien, por encargo del maestro de novicios, asistía a Estanislao y le exponía los distintos puntos de meditación, extraídos del célebre método de Ignacio de Loyola: la llamada del Rey eterno, la vida de Jesús como se presenta en los Evangelios, con los misterios de su nacimiento, muerte y resurrección. Hasta llegar a la "contemplación para alcanzar el Amor".
El mismo Acquaviva fue su compañero en las labores humildes que los novicios debían realizar en la cocina, incluido el transporte de la leña, y pudo dejar testimonio de cómo Estanislao cumplía con exactitud sus deberes también en este ámbito, sin caer en la tentación de ponerse en evidencia o exagerar...
De vez en cuando los novicios tenían que ilustrar a sus compañeros algunas cuestiones de carácter ascético, y Estanislao habló un día de la figura del misionero. Ya entonces la Compañía de Jesús había enviado por el mundo a algunos de sus hijos, entre los cuales destaca Francisco Javier, que ha sido proclamado Patrón de las Misiones. Estanislao describió de este modo el "bagaje" espiritual del misionero: "Buenos zapatos de humillación, un amplio abrigo de amor de Dios y del prójimo, un sombrero de paciencia para defenderse de las adversidades..." Entre los que les escuchaban se encontraba el futuro mártir de la fe Rodolfo Acquaviva.
Un día Estanislao recibió una carta amenazadora de su padre, que lo definía como la vergüenza de la familia Kostka, pero Estanislao permaneció firme en su propósito. Escribió una carta de respuesta al padre, diciéndole que si hubiera comprendido lo que Dios había hecho, nunca habría pensado en hacerle volver a Polonia.
En los primeros días de agosto de 1568 llegó al Noviciado Pietro Canisio, para impartir una conferencia espiritual y, con esta ocasión, Estanislao confesó estar convencido de que aquél era su último mes de vida. Y efectivamente el 10 de agosto, fiesta de San Lorenzo mártir, se manifestaron los primeros síntomas de la enfermedad que lo habría llevado prematuramente a la muerte.


Lo invadió una fiebre muy alta, en fases alternas, probablemente malaria, y se le trasladó a la enfermería del noviciado. Aceptó sus sufrimientos con serenidad y firmeza, diciendo: "¡Si lo que Dios quiere es que no me vuelva a levantar de este lecho, que se haga su voluntad!"
Recibió los cuidados propios de la medicina de su tiempo. Su médico era el P. Agostino Marzino, que se había licenciado en Roma antes de hacerse jesuita. Se presentó una inesperada mejoría, que hizo decir al enfermero que "sería más milagroso morir que sanar completamente."

Pero Estanislao repitió en ese momento que aquél era su último día en la tierra... En efecto, sus condiciones empeoraron rápidamente. Suplicó a sus compañeros que lo acostaran en el suelo, e insistió tanto que tuvieron que contentarlo, y depositarlo sobre el piso con su jergón.
En un determinado momento los ojos de Estanislao se iluminaron, y al maestro de novicios, que se había inclinado sobre él, le dijo que había visto a la Virgen María que se acercaba a él para recibirlo en el Cielo. Poco después expiró. Eran las primeras horas del 15 de agosto de 1568, fiesta de la Asunción de María.


Beatificación y Canonización
Muy pronto se difundió la fama de santidad de Estanislao, y eran numerosos los romanos que visitaban la tumba del joven novicio polaco para solicitar su intercesión. Un compañero suyo de noviciado, Stanislao Warszewicki, también polaco, expresó su pena diciendo: "La Compañía de Jesús ha perdido una de sus columnas en los países de la Europa del norte." El mismo Warszewicki, a quien Estanislao confiaba a menudo su estado de ánimo, escribió después una breve biografía, que es también un testimonio muy apreciado.
Muchos milagros se atribuyeron a la intercesión de Estanislao y, al tiempo que se difundía el culto, se multiplicaron sus biografías en diversas lenguas, incluidos el tamil y el chino. Así comenzó la difusión de sus cuadros, imágenes y estatuas. En su honor se construyeron muchas iglesias y se bautizó con su nombre a un gran número de niños. Este culto popular se extendió mucho más allá de las expectativas.


La beatificación de Estanislao fue decretada por el papa Clemente VIII, en 1604. Más tarde, en 1726, el papa Benedicto XIII le proclamó santo, mientras su culto crecía rápidamente en la Iglesia Universal.
El cuerpo de San Estanislao fue enterrado en la iglesia, construida poco tiempo antes, de San Andrés del Quirinal, que después fue modificada por Gianlorenzo Bernini.


Pero en 1788 el cuerpo de S. Estanislao fue llevado primero a Gratz, en Austria, y durante un cierto período a Agran, en Hungría. En 1804 fue trasladado definitivamente a Roma, de nuevo a San Andrés del Quirinal. El altar de San Estanislao se encuentra en una capilla a la izquierda del altar mayor, donde se halla expuesto un cuadro de Carlo Maratta, que representa la Virgen con el Niño Jesús, como se le apareció a San Estanislao en su período vienés.

Breves.-
Nacimiento 28 de octubre de 1550Rostkowo, Polonia
Fallecimiento 15 de agosto de 1568Roma
Beatificación 14 de agosto de 1605
Canonización 31 de diciembre de 1726
Festividad 15 de agosto, 13 de noviembre
Atributos lirio, hábito Jesuita, Jesús, Santísimo Sacramento.
Patronazgo Jóvenes, Novicios Jesuitas y Polonia

NOTA - Esta síntesis biográfica de la vida de S. Estanislao Kostka se basa fundamentalmente en el volumen de Giovanni Martinetti s.j., Sacra avventura, LDC, Turín, 1967.
A.M.G.D.