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jueves, 10 de septiembre de 2009

Lima no lo olvidara



Plácido Domingo encandiló Lima con su privilegiada voz
Un concierto para el recuerdo
Resumir en palabras lo vivido ayer en el concierto de Plácido Domingo sería un intento frívolo y algo presumido ante la singularidad y belleza de la velada. El recital ofrecido en la explanada del estadio Monumental de Ate hizo que las más de 15 mil personas que asistieron entendieran por qué el tenor de 68 años es considerado el mejor cantante de ópera del siglo XX.
El concierto —al que asistieron políticos, figuras de la farándula y apasionados de la lírica— arrancó con la “Marcha Húngara” de la ópera “La condenación de Fausto” de Héctor Berlioz. La onda expansiva de la trepidante voz de Domingo cautivó a la audiencia cuando inició su actuación con “O souverain” de la ópera “Le Cid” de Jules Massenet para luego dar paso a la soprano puertorriqueña Ana María Martínez con “Ah! Je ris de me voir si belle en ce miroir” del “Fausto” del francés Charles Gounod.
Acompañados por la batuta de Eugene Kohn y la Orquesta Sinfónica Nacional, Domingo y Martínez alternaron durante la noche una veintena de operetas y romanzas de titanes de la ópera y la zarzuela como Francesco Cilea, Richard Wagner, Pietro Mascagni, Pablo Luna y Federico Moreno Torroba.
Haciendo un paréntesis a la sensualidad y el dramatismo desplegado, un momento cumbre se dio cuando el célebre cantante recibió de manos del ministro de Relaciones Exteriores, José Antonio García Belaunde, la Orden El Sol del Perú en el Grado de Gran Cruz.
El broche de oro se dio con la interpretación de “El día que me quieras”, “Bésame mucho”, “Granada” y las peruanas “La flor de la canela” y “El cóndor pasa”. Aunque la acústica no favoreció el espectáculo, ojalá volvamos a escuchar al gran tenor en la reapertura del Teatro Municipal de Lima. Sea lo que suceda en el futuro, igual la noche de ayer quedará grabada en la memoria de todos los peruanos.