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miércoles, 30 de septiembre de 2009

30.09 San Jeronimo y La Biblia


Al finalizar el MES DE LA BIBLIA:

Hoy, 30 de septiembre, la Iglesia conmemora el nacimiento para el cielo de SAN JERÓNIMO, quien muriera santamente el 30 de septiembre del 420 en la ciudad de Belén, Palestina. Nacido hacia el 342 en Stridone, Dalmazia, fue sacerdote y traductor y comentador de la Biblia conocida como "La Vulgata". Aunque nunca ha estado proclamado oficialmente santo, siempre la Iglesia lo ha reconocido como tal. A fines del siglo XIII sus restos fueron trasladados a la Basílica de Santa María Mayor, en Roma. Ha sido proclamado Doctor de la Iglesia, y como tal figura en el ordinario de Inocencio III. Se le considera entre los cuatro padres de la Iglesia Latina. Unidos, pues, a cuantos se dedican al estudio y divulgación de las sagradas escrituras, brindemos nuestro devoto aplauso a San Jerónimo.

Meditación.-
QUERIDO JERONIMO:

Recordar tu vida es recordar a uno de los más grandes eruditos que ha tenido la Iglesia Católica. Tras una juventud un poco desordenada, te trasladas a Roma en donde sigues estudios de letras en la escuela del famoso retórico Donato. Y aquí adquieres una gran afición por los clásicos que te durará toda la vida. Hijo de padres católicos, recibes el bautismo de manos del Papa Liberio y entras luego en contacto con diversos grupos monacales. Luego de recibir las órdenes sacerdotales, llegas a ser secretario del Papa Dámaso I. Hombre cultísimo que hablaba con fluidez diversos idiomas, a la muerte del Papa tienes posibilidad de ser elegido su sucesor. Pero tus enemigos, que no eran pocos, eligen a Siricio. Tú, desilusionado, dejas Roma y vuelves a Belén en donde, además de algunos monasterios, emprendes la monumental obra de la traducción de la Biblia, "La Vulgata" que te tomó varios años y que hicieras por encargo del Papa Damaso I. Nunca olvidaremos el lema que nos dejaste: "El estudio de la escritura es la búsqueda de Dios. Su ignorancia, la ignorancia de Cristo."
Fuente:

P. Javier San Martin S.J. - Sra Cecilia Mutuallatam@vatiradio.va

A San Jeronimo, se le debe la traducción al latín del Antiguo y del Nuevo Testamento, que llegó a ser, con el titulo de Vulgata, la Biblia oficial del cristianismo.

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Durante todo el mes de Septiembre, la Iglesia celebra el mes de la Biblia. La intención es que durante este mes, en todas las comunidades cristianas, se desarrollen algunas actividades que nos permitan acercarnos mejor y con más provecho a la Palabra de Dios

Propuestas para escuchar la Palabra-

La lectura diaria de los textos bíblicos litúrgicos es una excelente ayuda para profundizar en la Palabra de Dios. De esta manera nos unimos a toda la Iglesia que ora al Padre meditando los mismos textos. También nos acostumbramos a una lectura continuada de la Biblia, donde los textos están relacionados y lo que leemos hoy se continua con lo de mañana. La lectura diaria de los textos (para lo cual Liturgia Cotidiana es una excelente herramienta) constituye una "puerta segura" para escuchar a Dios que nos habla en la Biblia.

- ¿Has leído alguna vez un evangelio entero "de corrido"? Es muy interesante descubrir la trama de la vida de Jesús escrita por cada evangelista. Muchos detalles y relaciones entre los textos que cada evangelista utiliza quedan al descubierto cuando uno hace una lectura continuada. Este mes es propicio para ofrecerle a Dios este esfuerzo. Te recomendamos la lectura del evangelio de Marcos. No es muy largo, en unas horas se puede leer. Al ser el primero de los sinópticos, los otros (Mateo y Lucas) lo siguen en el esquema general. Por lo tanto es una muy buena "puerta de entrada" al mensaje de Jesús.

- Otra posibilidad para poner en práctica este mes (y tal vez iniciar un hábito necesario y constructivo) es la oración con los salmos. Los mismos recogen la oración del pueblo de dios a lo largo de casi mil años de caminata del pueblo de Israel. Nos acercan la voz del pueblo que ora con fe, y la palabra de Dios, que nos señala esta manera de orar para acercarnos y escuchar sus enseñanzas. En los salmos podemos encontrar una inmensa fuente de inspiración para la oración. Hay salmos que nos hablan de la alegría, de las dificultades y conflictos, de la esperanza, del abatimiento, del dolor, de la liberación y la justicia, de la creación, de la misma Palabra de Dios (salmo 118, el más largo de todos). Aprender a rezar con los Salmos es una "puerta siempre abierta" para el encuentro con el Dios de la Vida.

- La lectura orante de la Palabra, realizada en comunidad, nos pone en sintonía con la voluntad de Dios. Es un ejercicio clave para el crecimiento en la fe. La fuerza de la comunidad nos alienta para encontrar en los textos la fuerza del Espíritu. Todos aprendemos juntos y nos enriquecemos con el aporte de cada uno. Existen muchos métodos de lectura orante. Simplificando al máximo podemos decir que los siguientes cuatro pasos son los más comunes:
Lectura Meditación Oración Compromiso La lectura orante siempre desemboca en un desafío para vivir. La Palabra de Dios nos desafía a seguir los pasos de Jesús y cambiar nuestra vida. La lectura orante, practicada en comunidad, es una "puerta-espejo" que nos interpela y nos ayuda a discernir cómo vivir y practicar su Palabra en nuestros días.

¿Por qué celebramos en Septiembre el Mes de la Biblia?

Porque en un día 26 de Septiembre de 1569, se termina de imprimir totalmente la Biblia en español llamada “Biblia del Oso”. Fue traducida por Casiodoro de Reina. En esa oportunidad salieron 260 ejemplares en Basilea, Suiza. De ese acontecimiento hace ya 434 años. La tapa esta Biblia tiene un oso comiendo miel desde un panal, por esa razón se le llama “Biblia del oso”.

De la la Encíclica Fides et ratio Capítulo V. N´55 (parcial)

"Tampoco faltan rebrotes peligrosos de fideísmo, que no acepta la importancia del conocimiento racional y de la reflexión filosófica para la inteligencia de la fe y, más aún, para la posibilidad misma de creer en Dios. Una expresión de esta tendencia fideísta difundida hoy es el « biblicismo », que tiende a hacer de la lectura de la Sagrada Escritura o de su exégesis el único punto de referencia para la verdad. Sucede así que se identifica la palabra de Dios solamente con la Sagrada Escritura, vaciando así de sentido la doctrina de la Iglesia confirmada expresamente por el Concilio Ecuménico Vaticano II.

La Constitución Dei Verbum, después de recordar que la palabra de Dios está presente tanto en los textos sagrados como en la Tradición, afirma claramente: « La Tradición y la Escritura constituyen el depósito sagrado de la palabra de Dios, confiado a la Iglesia. Fiel a dicho depósito, el pueblo cristiano entero, unido a sus pastores, persevera siempre en la doctrina apostólica ». La Sagrada Escritura, por tanto, no es solamente punto de referencia para la Iglesia. En efecto, la « suprema norma de su fe » proviene de la unidad que el Espíritu ha puesto entre la Sagrada Tradición, la Sagrada Escritura y el Magisterio de la Iglesia en una reciprocidad tal que los tres no pueden subsistir de forma independiente.

No hay que infravalorar, además, el peligro de la aplicación de una sola metodología para llegar a la verdad de la Sagrada Escritura, olvidando la necesidad de una exégesis más amplia que permita comprender, junto con toda la Iglesia, el sentido pleno de los textos. Cuantos se dedican al estudio de las Sagradas Escrituras deben tener siempre presente que las diversas metodologías hermenéuticas se apoyan en una determinada concepción filosófica. Por ello, es preciso analizarla con discernimiento antes de aplicarla a los textos sagrados."


firmado, Juan Pablo II

Fides et ratio...14 de Septiembre de 1998
Fuente: http://www.catholic.net/
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